- Exploraciones Centenarias en Ur: Un Legado Arqueológico Revelador
- Ur: Semilla de Poder y Esplendor en la Antigua Mesopotamia
- Tell al-Muqqayar: Revelaciones Arqueológicas de la Antigua Ur
- Ur en Dinastías Arcaicas III: Esplendor, Monarcas y Lugares Sagrados
- Tumbas Reales de Ur: Tesoros y Misterios de la Antigua Mesopotamia
- Ur durante el Periodo Dinástico Arcaico III: Dinastías y Transformaciones Políticas
- Ur: Épocas de Esplendor y Transformación Histórica
- Ur: La Tercera Dinastía y su Auge Imperial en Mesopotamia
- La Caída de Ur: Crisis y Lamentaciones en Sumer
- La Caída de la Tercera Dinastía de Ur: Fragmentación y Decadencia en Mesopotamia
- La Ciudad Antigua de Ur: Su Extensión y Población en la Antigüedad
- El Santuario de Nanna/Su'en en Ur: Corazón Religioso y Económico
- El Majestuoso Zigurat de Nanna/Sîn en Ur: Maravilla de la Antigüedad
- El Santuario Más Allá del Zigurat: Misterios en los Patios y Edificios Adyacentes
- Patios y Edificios Adyacentes: Más Allá del Zigurat
- E-gipar y E-nun: Ecos de Devoción y Residencia Sagrada
- La Casa de la Montaña y el Mausoleo: Estructuras del Poder Real
Ur (Urim, en sumerio) – Tell al-Muqayyar: Historia y Legado en la Antigua Mesopotamia
Ur, también conocida como Urim en la lengua sumeria, y actualmente identificada como Tell al-Muqayyar en Irak, destaca como una de las ciudades más antiguas y significativas en la historia de la antigua Mesopotamia. Reconocida por su influencia en el III milenio a.C., sus vestigios revelan una civilización sumeria poderosa y próspera.
El ajuar funerario y las tumbas reales descubiertas en Ur atestiguan su importancia en la era sumeria. Durante el siglo XXI a.C., se erigió como la capital de un imperio poderoso bajo el dominio de los reyes de lo que se conoce como la Tercera Dinastía de Ur en la tradición mesopotámica.
El legado arquitectónico es notable, especialmente en el santuario dedicado al Dios Luna, conocido como Nanna en sumerio y Sîn en acadio. Esta ciudad siguió siendo un centro vital a principios del II milenio a.C., como evidencian los hallazgos arqueológicos y las tablillas cuneiformes desenterradas por expediciones lideradas por Leonard Woolley entre 1922 y 1934.
A pesar de un declive marcado en el primer milenio a.C., Ur mantuvo su importancia hasta su abandono aproximadamente en el siglo III a.C. No obstante, su relevancia perdura en relatos históricos, como en la Biblia, que la menciona como «Ur de los Caldeos», la supuesta ciudad de origen del patriarca Abraham.
Exploraciones Centenarias en Ur: Un Legado Arqueológico Revelador
Exploraciones y Excavaciones en Tell al-Muqayyar (Ur): Un Legado Arqueológico Centenario
El reconocimiento de Tell al-Muqayyar como la antigua ciudad de Ur se remonta al siglo XVII, cuando el viajero italiano Pietro della Valle recolectó inscripciones y objetos arqueológicos. No fue hasta 1854 que el cónsul británico John George Taylor, en representación del Museo Británico, inició las primeras investigaciones en el sitio, basándose en las inscripciones encontradas. Henry Rawlinson identificó este lugar como la histórica Ur, conocida en la Biblia como «Ur de Caldea», el supuesto lugar de origen de Abraham.
Las exploraciones arqueológicas fueron llevadas a cabo por diversos equipos. En 1918, R. Campbell Thompson inspeccionó el sitio por solicitud del Museo Británico, seguido por H.R. Hall en 1919, quien excavó en Ur y en yacimientos cercanos como Eridu y El Obeid. En 1922, una colaboración entre el Museo Británico y la Universidad de Pensilvania, bajo la dirección de Leonard Woolley, inició una serie de excavaciones prolongadas hasta 1934, revelando monumentos y un cementerio real que abarcaba más de 2.000 años de historia.
Los resultados de estas excavaciones fueron publicados a lo largo de varias décadas en las series «Ur Excavations» y «Ur Excavations Texts». Estas revelaron los asombrosos hallazgos, incluyendo objetos lujosos desenterrados del cementerio real. El Museo Británico y el Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania se han unido para crear un sitio web que recopilará y presentará todos los resultados obtenidos durante estas excavaciones históricas.
Sin embargo, el sitio arqueológico ha enfrentado desafíos. Después de la invasión de Irak en 2003, el yacimiento fue temporalmente ocupado por el ejército estadounidense antes de ser devuelto a las autoridades iraquíes en 2009. La presencia de tropas y los combates cercanos causaron daños significativos al sitio. A pesar de estos desafíos, excavaciones posteriores se reanudaron en la región de Ur, dirigidas por Elizabeth Stone desde 2015, enfocándose tanto en el yacimiento principal como en sitios periféricos como Tell Sakhariya, Tell Khaiber y Abu Tbeira.
Ur: Semilla de Poder y Esplendor en la Antigua Mesopotamia
Ur en la Antigua Mesopotamia: Un Centro de Poder y Cultura
La historia protohistórica de los yacimientos arqueológicos en la Baja Mesopotamia a menudo se mantiene en la penumbra. Sin embargo, las investigaciones y textos ancestrales revelan el rol crucial de Ur en los inicios de Mesopotamia. Este enclave fue un epicentro de devoción como la ciudad del influyente dios lunar Sîn, figura prominente en el panteón mesopotámico. Además, fue un poder político, incubador de notables líderes que marcaron época.
En sincronía con Eridu, Uruk, Lagash y Nippur, Ur destacó entre las ciudades principales de la antigua civilización mesopotámica durante los milenios IV y III, extendiendo su influencia a lo largo de Oriente Próximo. Los descubrimientos realizados en este sitio desentrañan con nitidez los rasgos distintivos de esta civilización, desde sus expresiones artísticas y arquitectónicas hasta su compleja organización en ámbitos políticos, económicos, sociales, culturales y religiosos.
Tell al-Muqqayar: Revelaciones Arqueológicas de la Antigua Ur
Descubrimientos Históricos en Tell al-Muqqayar: Un Viaje por la Antigua Ur
Tell al-Muqqayar, un yacimiento ancestral, revela vestigios de ocupación que se remontan al periodo Obeid (c. 5000-3750 a.C.). Los pozos de sondeo han desenterrado capas sedimentarias, algunas influenciadas por la presencia del agua, provocando la especulación sobre conexiones con relatos del Diluvio mesopotámico y bíblico. Más allá de estas conjeturas, se han encontrado tumbas obeyas y rastros de periodos posteriores, como Uruk (c. 3900-3100) y Djemdet Nasr (c. 3100-2900).
Woolley, en su exploración, halló evidencias bajo el zigurat de Nanna que indican una estructura monumental temprana. El auge durante las Dinastías Arcaicas (c. 2900-2340 a.C.) marcó la expansión de Ur, al igual que de sus vecinos, como lo sugieren prospecciones que identificaron aldeas circundantes. Sakheri Sughir, a 8 kilómetros al norte, reveló estructuras habitacionales y un basurero (Estrato de Impresiones de Sellos) con sellos cilíndricos y tablillas, proporcionando una visión única de la vida sumeria.
Las impresiones de sellos con nombres de ciudades destacan la posible asociación de urbes sumerias, con Ur como figura principal, insinuando una preeminencia en la región. Las tablillas halladas en archivos del templo de Nanna documentan la estructura económica y social, delineando roles y propiedades de empleados en la ciudad, evidenciando el control del templo en la economía agrícola.
Expansión y Significado de las Dinastías Arcaicas en Ur
El periodo de las Dinastías Arcaicas (c. 2900-2340 a.C.) ofrece una visión más clara de la historia de Ur. La ciudad experimentó un notable crecimiento a principios del tercer milenio, expandiéndose hasta cubrir unas 20 hectáreas, manteniendo su organización en torno al núcleo urbano. Las prospecciones arqueológicas indican una expansión similar en yacimientos vecinos, como Sakheri Sughir, una aldea a 8 kilómetros al norte de Ur, descubierta en excavaciones breves.
Sakheri Sughir, con aproximadamente 1,5 hectáreas, reveló viviendas ocupadas por una comunidad agrícola, sugiriendo la presencia de unas quince familias. Cerca del complejo sagrado de la ciudad, se halló un basurero llamado Estrato de Impresiones de Sellos (SIS), repleto de sellos cilíndricos, cerámicas y tablillas. Las primeras inscripciones del periodo Dinástico Arcaico datan de esta época, ofreciendo una visión única de la iconografía y el simbolismo sumerio.
Las impresiones de sellos llevan nombres de ciudades sumerias, sugiriendo una posible asociación. En Djemdet Nasr, Ur ocupa un lugar prominente, posiblemente indicando su preeminencia regional. Esto podría ser un indicio de una asociación de ciudades para participar en rituales religiosos, similar al sistema de bala bajo la III Dinastía de Ur, una práctica que unía a las principales ciudades sumerias para rendir culto a divinidades, probablemente lideradas por Inanna de Uruk.
Tablillas y la Institución del Templo en Ur
Una invaluable colección de 403 tablillas, fechadas al final del periodo Dinástico Arcaico (DA I o DA II) y provenientes de los archivos del templo de la deidad lunar Nanna, revela detalles cruciales sobre la vida en Ur. Redactadas por escribas del templo, estas tablillas mencionan fincas agrícolas propiedad de la institución y listas detalladas de sus empleados, abarcando roles diversos como jardineros, viticultores, cerveceros, herreros y más.
El templo de Nanna, eje central de la ciudad, emergió como una institución social y económica clave en el sur de Mesopotamia. Este templo ejerció un control significativo sobre la economía agrícola de la región. Dirigido por una élite administrativa, estableció un sistema jerárquico respaldado por supervisores que coordinaban el desarrollo de sus tierras con el empleo de agricultores y otros trabajadores. Estos individuos recibían compensaciones en forma de raciones o el uso de tierras.
Ur en Dinastías Arcaicas III: Esplendor, Monarcas y Lugares Sagrados
Ur en Dinastías Arcaicas III: Esplendor y Legado Real
Durante el periodo Dinástico Arcaico III (DA III, c. 2600-2340 a.C.), Ur mantuvo su estatus como una ciudad de gran importancia y prosperidad. Con una extensión cercana a las 50 hectáreas, se erigió como un centro dominante tras el declive de Eridu, otro prominente yacimiento. Uno de los descubrimientos más célebres de este periodo en el yacimiento de Ur fue el hallazgo de las «tumbas reales» al comienzo de esta era, asociadas con figuras prominentes como Meskalamdug, Akalamdug y Puabi, reconocidos como realeza, aunque sus roles exactos aún se debaten.
Aunque estos líderes no figuran en la Lista Real Sumeria, que cataloga a los soberanos preservados por la tradición sumeria en tiempos más tardíos, se ha identificado una primera dinastía liderada por Mesannepada, posiblemente datando del siglo XXV a.C. Las inscripciones halladas en varios yacimientos y el registro de Mesannepada como «rey de Kish» sugieren una posible hegemonía sobre las «ciudades-estado» de la Baja Mesopotamia. Su hijo y sucesor, Aanepada, también deja rastros a través de inscripciones que mencionan la construcción de templos.
La Segunda Dinastía de Ur, con cuatro reyes listados en la Lista Real, surge en el siglo siguiente sin confirmación en otros yacimientos. Excavaciones en Ur revelan la existencia de un templo sobre plataforma, posiblemente el núcleo del futuro zigurat, indicando un monumental complejo de Nanna. Se especula sobre la construcción del Giparu como la residencia de sumos sacerdotes. Entre los descubrimientos, una placa perforada representa un posible ritual de culto al dios Luna.
No obstante, el templo adosado de Obeid destaca como la estructura más notable de los reyes arcaicos de Ur, revelando un vínculo crucial con este periodo.
Tumbas Reales de Ur: Tesoros y Misterios de la Antigua Mesopotamia
Las Tumbas Reales de Ur: Tesoros y Misterios de la Antigua Mesopotamia
El descubrimiento de las tumbas reales de Ur, liderado por Leonard Woolley, destaca como uno de los más notables hallazgos arqueológicos en la antigua Mesopotamia. Estas tumbas se encuentran dentro de un vasto complejo funerario que alberga alrededor de 1,800 enterramientos, representando la diversidad social de Ur entre los siglos XXVI y XXIII a.C., incluyendo tumbas del periodo acadio más tardío.
Si bien muchas son enterramientos simples, algunas sobresalen por objetos metálicos más valiosos, sugiriendo un estatus social elevado vinculado a funciones administrativas en el templo o el palacio. Veinte tumbas destacan por su riqueza, presumiblemente pertenecientes a altos dignatarios del reino.
Sin duda, el grupo más espectacular consta de diecisiete tumbas «reales», caracterizadas por su arquitectura, rico ajuar funerario y la presencia de decenas de acompañantes, una práctica única en Mesopotamia. Casi trescientos individuos, identificados por su indumentaria, acompañaron a los difuntos principales, incluyendo soldados, sirvientas y «damas de la corte» de alto rango. Investigaciones recientes sugieren que estos acompañantes fueron ejecutados por perforación craneal antes de ser preparados ceremonialmente.
Las tumbas reales de Ur han proporcionado objetos de una artesanía exquisita, evidenciando la maestría de los artesanos sumerios en orfebrería y metalurgia. Entre los tesoros se hallan vajillas lujosas, armas finamente elaboradas, un carro restaurado, estatuillas, sellos cilíndricos y más. Destacan obras como una lira adornada con una cabeza de toro, una escultura de un íbice enriquecida con oro, lapislázuli y plata, así como el enigmático estandarte de Ur, elaborado en nácar y lapislázuli. Las joyas de Pu-abi, como su diadema de oro y piedras preciosas, también son impresionantes.
Interpretaciones y Misterios de las Tumbas Reales de Ur
La interpretación de las llamadas «tumbas reales» de Ur presenta desafíos significativos. Algunos difuntos, como Meskalamdug, Akalamdug y Pu-abi, etiquetados por Woolley como miembros de una supuesta familia real, están asociados a ciertos objetos, aunque sus títulos aún generan incertidumbre. Podrían haber sido líderes religiosos, sumos sacerdotes o sumas sacerdotisas del dios Nanna, según registros posteriores.
Las prácticas funerarias espectaculares reflejan creencias religiosas arraigadas, como el sacrificio planificado de sirvientes tras la muerte de sus amos, posiblemente para asegurarles compañía en la otra vida. Estos actos se han visto en otras culturas y pueden simbolizar sumisión extrema al gobernante o ser parte de un ritual para el dios Luna.
El análisis del ajuar funerario es motivo de debate; su opulencia refleja la habilidad artesanal sumeria y los recursos de la élite, posiblemente implicados en redes de comercio internacional. Estos objetos podrían considerarse ofrendas para los difuntos o elementos para su uso en el más allá.
Ur durante el Periodo Dinástico Arcaico III: Dinastías y Transformaciones Políticas
Ur en el Período Dinástico Arcaico III (2600-2340 a.C.): Un Vistazo a la Historia Política
La historia de Ur durante el período DA III (2600-2340 a.C.) permanece en gran parte envuelta en el misterio. Inscripciones de los reyes de Uruk sugieren que también ejercían poder en Ur, formando una entidad política única bajo una dinastía que llevaba el título de reyes de Uruk y Ur. Enshakushana de Uruk, vencedor del rey Enbi-Ishtar de Kish, se presenta como hijo del rey Elili de Ur, indicando una posible dominación del sur de Mesopotamia.
Sus sucesores, Lugal-kinishe-dudu y Lugal-kisal-si, se autoproclamaron reyes de Ur, aunque su dinastía cayó ante Lugal-zagesi de Umma. Este último brevemente dominó la Baja Mesopotamia antes de ser derrotado por Sargón de Acad alrededor del 2340 a.C.
Influencia y Rebeliones en el Periodo Acadio en Ur
Durante el periodo acadio en Ur, los detalles son escasos, documentados principalmente por enterramientos e inscripciones. Sargón colocó a su hija Enheduana como Suma Sacerdotisa del santuario del dios lunar Nanna, marcando una tradición continuada por Narâm-Sîn, quien designó a su hija Enmenanna para el mismo papel.
Enheduana, conocida por sus himnos, se inmortalizó en la literatura mesopotámica. Un disco de alabastro la representa en Giparu, probable residencia como suma sacerdotisa de Nanna. La presencia de princesas de Acad en Ur tenía una intención política, mostrando la alianza con los reyes de Acad. Sin embargo, Ur se involucró en revueltas, lideradas por Kaku contra Rimush, hijo de Sargón, y una rebelión significativa contra Narâm-Sîn, encabezada por Lugal-Ane.
Ur: Épocas de Esplendor y Transformación Histórica
Ur: Épocas de Prosperidad y Transformación
El yacimiento de Ur ofrece una ventana a más de tres siglos de historia, desde aproximadamente el 2112 a.C. hasta el 1740 a.C. Se distinguen dos fases de esplendor, interrumpidas por un periodo de destrucción.
La primera, la tercera dinastía de Ur (Ur III, c. 2112-2004), marcó el auge de Ur como la capital de un imperio, destacando por grandes construcciones y logros. La segunda fase, conocida como la época de «Isin-Larsa» (parte del largo periodo «paleobabilónico», c. 2004-1595), vio a Ur perder su estatus capitalino, aunque mantuvo su importancia religiosa y económica bajo el dominio de otros reinos.
La documentación encontrada, principalmente en miles de tablillas cuneiformes, arroja luz sobre la sociedad, economía y la vida cotidiana durante los periodos Ur III y paleobabilónico, ofreciendo valiosa información sobre la historia de la ciudad y su región.
Ur: La Tercera Dinastía y su Auge Imperial en Mesopotamia
El Renacimiento de Ur: La Tercera Dinastía y su Imperio
Tras la caída de Akkad, Mesopotamia experimentó un período de cambios dinásticos. Ur-Namma emergió como una figura clave, fundando la potente tercera dinastía de Ur (Ur III). Con su hijo Shulgi, extendieron su imperio a lo largo de Mesopotamia, consolidando el dominio sumerio hasta finales del siglo XXI a.C.
Aunque los reyes de Ur prefirieron otras ciudades como residencia principal, realizaron obras monumentales en Ur, especialmente en el santuario de Nanna. Ur se convirtió en una de las principales ciudades del sur de Mesopotamia bajo la dirección de Ur-Namma y Shulgi.
La Caída de Ur: Crisis y Lamentaciones en Sumer
La Caída de Ur: Conflictos y Lamentaciones
A finales del siglo XXI a.C., el reino de Ur se debilitó, perdiendo terreno frente a incursiones nómadas y la invasión de la coalición elamita liderada por Kindattu de Simashki. Esta invasión resultó en la captura de Ur y la deposición de Ibbi-Sin, marcando un período de gran inestabilidad.
Aunque Ishbi-Erra logró expulsar a los elamitas y restaurar el control de Ur, el impacto de estos eventos se plasmó en las «lamentaciones». Estos textos, generados décadas después de los sucesos, pintan un panorama sombrío de la destrucción de Ur, atribuyendo los desastres a sanciones divinas y justificando la pérdida de apoyo divino por parte de los reyes de Ur.
La Caída de la Tercera Dinastía de Ur: Fragmentación y Decadencia en Mesopotamia
Tras la caída de la Tercera Dinastía en manos de los elamitas, Mesopotamia se fragmentó en varios reinos, dominados por dinastías de origen amorreo. Es seguro que los hablantes de sumerio desaparecieron durante este periodo (si no lo habían hecho antes): Ur se convirtió así en una ciudad de habla acadia, aunque el sumerio seguía siendo entendido y utilizado por el clero. Pero la ciudad había perdido su independencia política. Primero fue incluida en la primera potencia hegemónica, el reino de Isin, cuyo gobernante Shu-ilishu (1984-1975) organizó el regreso de la estatua de Nanna a Ur desde Elam. Estos reyes retomaron la práctica de nombrar a una de sus princesas como suma sacerdotisa de Nanna. Este fue el caso de Enannatumma, hija de Ishme-Dagan, bajo cuyo reinado la restauración del santuario de Nanna fue muy activa. Hacia 1925, Ur fue tomada por el rey larsa Gungunnum. No cambió su administración, dejando a Enannatumma y su personal en su lugar. La ciudad fue tomada durante un tiempo por los Bur-Sin de Isin a principios del siglo XIX, pero pronto volvió a caer bajo el control de Larsa. Los nuevos amos de la ciudad no la abandonaron, restauraron su gran santuario y llevaron a cabo una serie de mejoras. La región de Ur disfrutó de estabilidad bajo el reinado de la nueva dinastía de Larsa, fundada por Kudur-Mabuk. Sus hijos Warad-Sin y Rin-Sin le sucedieron, mientras que su hija Enanedu se convirtió en gran sacerdotisa de Nanna. Estos reyes visitaron la ciudad en varias ocasiones y acudieron a su gran templo, como indican varios himnos. En 1763, Ur quedó bajo el control del rey Hammurabi de Babilonia (1792-1750) cuando se apoderó del reino de Larsa. Ur entró entonces en un periodo de rápida decadencia. A principios del reinado de su sucesor Samsu-iluna (1749-1712), las ciudades del sur de Mesopotamia se rebelaron contra el dominio babilónico bajo el liderazgo de un personaje que tomó el nombre de Rîm-Sîn (II). Pero los rebeldes fueron derrotados, Ur fue tomada y Samsu-iluna afirmó haber destruido su muralla. Los archivos paleobabilónicos se detienen en el undécimo año de su reinado, fecha en la que probablemente varios de ellos fueron destruidos por el fuego. Al parecer, la ciudad fue abandonada a partir de entonces, al igual que varias ciudades vecinas (Uruk y Larsa). Sus habitantes emigraron probablemente hacia el norte, al igual que los de Uruk que se encontraron más tarde en Kish. Las excavaciones realizadas en 2017 revelaron que la ciudad estaba desierta en aquella época y que las casas fueron saqueadas. Un texto del duodécimo año del reinado de Samsu-iluna, es decir, después de esta deserción, muestra la reorganización de la guardia del templo de Ningal, sin duda para hacer frente a los saqueadores.
Los vestigios de ocupación de yacimientos en la región son muy limitados durante los dos siglos y medio siguientes (o siglo y medio según la cronología inferior), aunque recientemente se ha desenterrado un yacimiento en Tell Khaiber (a 20 km de Ur), un centro administrativo perteneciente a la primera dinastía de la Tierra del Mar, una entidad política aún poco conocida que se hizo con el control de la región.
La Ciudad Antigua de Ur: Su Extensión y Población en la Antigüedad
Ur: Ciudad y Territorio Expansivo
El corazón de Ur abarcaba unas 60 hectáreas, formando un imponente tell ovalado de aproximadamente 50-60 hectáreas. Aunque Woolley vinculó el contorno del tell con el recinto de Ur-Namma, poco se conserva de su posible construcción. Se presume que las murallas incorporaban estructuras, incluyendo los templos paleobabilónicos de Enki y Ningishzida, bordeadas por cursos de agua.
Ur, un próspero puerto fluvial, conectaba activamente con Dilmun y Magan, expandiendo sus redes comerciales. Aunque el karūm, el distrito comercial, se ubicaba fuera del tell, la ciudad se extendía mucho más allá de su recinto, posiblemente cubriendo hasta 100-140 hectáreas durante los periodos Ur III e Isin-Larsa.
Su superficie urbana incluía áreas periféricas que variaban en densidad poblacional y uso, abarcando unos 500 hectáreas con zonas identificadas como Diqdiqqah, inicialmente interpretadas como suburbios. La densidad variada sugiere una mezcla de edificaciones y espacios abiertos, incluyendo jardines, huertos y campos, además de pequeñas aldeas a lo largo de los canales circundantes.
Woolley estimó una población de 250.000 durante los periodos Ur III e Isin-Larsa, mientras que Wright ajustó esta cifra a 17.000-27.000, considerando tanto la ciudad como las aldeas cercanas. Esta expansión urbana y rural muestra una Ur diversa y expansiva, donde la vida urbana se mezclaba armoniosamente con la naturaleza circundante.
El Santuario de Nanna/Su’en en Ur: Corazón Religioso y Económico
El barrio oficial de Ur se teje alrededor del poderoso santuario de Nanna/Su’en, el epicentro religioso y cultural que impregnaba la vida de la ciudad. Desde la «Casa de la Gran Luz» (é-kiš-nu-gal) hasta el templo de Ningal, este conjunto de monumentos no solo fue esencial en siglos anteriores, sino que se transformó y evolucionó bajo la mano de Ur-Namma y sus sucesores, aunque su apariencia original se perdió con el tiempo.
Transformaciones y Legado
Ur-Namma y los monarcas de Isin-Larsa llevaron a cabo reformas, restauraciones y expansiones que moldearon el aspecto del santuario. Sin embargo, las sucesivas construcciones y modificaciones posteriores complican la reconstrucción precisa de su antigua gloria.
Importancia y Legado Documental
La relevancia del santuario se manifiesta no solo en su arquitectura, sino también en la riqueza de textos documentados, especialmente durante el periodo Isin-Larsa. El templo de Nanna era más que un sitio religioso; ejercía un papel cultural e intelectual crucial. Sus sacerdotes, hábiles en la escritura, fueron autores de himnos y textos sumerios, joyas literarias dedicadas al dios de la Luna.
Centro Económico y Social
Los templos de Nanna y Ningal no solo eran centros espirituales, sino también instituciones económicas prominentes. Poseían vastas tierras agrícolas, talleres y llevaban a cabo operaciones comerciales, empleando a numerosos trabajadores y colaboradores ocasionales. Estos templos ejercían un poder considerable en la sociedad, estando bajo un control estrecho del poder real, que deseaba tanto controlar sus recursos como ser su principal benefactor.
La Casa de la Gran Luz no solo irradiaba espiritualidad, sino también poder y prosperidad económica, siendo un actor clave en la vida y la historia de Ur.
El Majestuoso Zigurat de Nanna/Sîn en Ur: Maravilla de la Antigüedad
El asombroso complejo del dios-luna Nanna/Sîn se erigía majestuosamente en la parte norte del temenos, abarcando un recinto monumental organizado alrededor de dos patios sobre una terraza artificial. Destacaba el imponente «patio del zigurat», un espacio monumental de 140 por 135 metros que albergaba las esencias del templo.
La Magnificencia del Zigurat
En el centro de este patio se alzaba el impresionante zigurat, denominado la «Casa de la Temible Fundación» y más tarde, la «Casa del Rey que Hace Florecer el Consejo». Construido por Ur-Namma, se cree que este zigurat fue uno de los primeros de su tipo, emulando a sus contrapartes en ciudades sagradas sumerias como Eridu, Uruk y Nippur. Es el mejor preservado del sur de Mesopotamia y se distingue por su ingeniería.
Estructura y Construcción
Con una base rectangular de 62.50 x 43 metros, el zigurat se construyó con ladrillos de barro en el interior y ladrillos cocidos más duraderos en el exterior. La base contenía pequeños canales de drenaje, apodados «agujeros de llorón», probablemente para ajustar el volumen de los ladrillos según las condiciones climáticas. La estructura, de 11 metros de altura en el primer piso, conserva la base del segundo piso de 36 metros de largo y 26 metros de ancho, con aproximadamente 6 metros de altura.
Complejidad Arquitectónica
El acceso al primer piso se lograba mediante escaleras perpendiculares al edificio y otras dos adosadas a la fachada. Woolley reconstruyó una tercera planta, hoy perdida, que albergaba un templo. Sin embargo, reinterpretaciones recientes sugieren una ubicación diferente para este templo, planteando la posibilidad de una estructura aún más grande de lo sugerido anteriormente.
La Esencia del Trabajo
La construcción de este coloso implicó un esfuerzo monumental. Estimaciones sugieren que el primer piso constaba de unos 7 millones de ladrillos, requiriendo alrededor de 95,000 días de trabajo para su colocación y 50,000 días adicionales para otras tareas, lo que implica la movilización de aproximadamente 1,000 trabajadores durante largos períodos.
El zigurat de Ur no solo fue una hazaña arquitectónica, sino un testimonio del ingenio y la dedicación de civilizaciones antiguas que esculpieron su legado en la tierra de Mesopotamia.
El Santuario Más Allá del Zigurat: Misterios en los Patios y Edificios Adyacentes
A pesar de la grandiosidad del zigurat, su presencia no se registra en los textos de culto, dejando entrever que su función podría haber sido pasada por alto. Sugieren que el principal templo del dios no residía en la cima escalonada, sino más bien en los edificios al pie del patio.
Funciones Clave en los Patios
Salas en el lado noroeste albergaban espacios para preparar ofrendas, tiendas e instalaciones funcionales como una cocina bien equipada y una cervecería. En estas áreas se presumen espacios dedicados a la divinidad y capillas para deidades secundarias, así como la probable ubicación de la estatua de la divinidad.
Acceso y Transformaciones
El acceso al patio occidental del zigurat varió a lo largo del tiempo, siendo accesible desde el patio oriental y, en la época de Ur III, desde el lado sureste a través de la monumental puerta E-dublamah. Este último edificio, convertido en lugar de culto, tribunal y archivo, fue remodelado durante la dominación amorrea.
Nuevas Adiciones y Propósitos
Durante la era de la dominación de Larsa, surgió un nuevo edificio al noroeste del patio, conocido como el «Bastión de Warad-Sîn», que Woolley interpretó como una construcción defensiva. Sin embargo, se cree que en realidad era una puerta de acceso adicional al complejo, con una fachada adornada con medias columnas y pilares.
El santuario de Nanna/Sîn en Ur despierta intrigas más allá del esplendor del zigurat, revelando una complejidad de funciones y transformaciones a lo largo del tiempo, añadiendo capas de misterio a este antiguo sitio sagrado.
Patios y Edificios Adyacentes: Más Allá del Zigurat
Dentro del santuario, el «patio de Nanna«, al este, se destaca como otro espacio monumental, pavimentado y rodeado por un doble muro, similar al patio occidental. Este patio se expandió durante el periodo Isin-Larsa, utilizando parte de la terraza del zigurat. Aunque su función es enigmática, Woolley lo consideró un almacén, aunque podría haber tenido un propósito más ligado a lo ritual o religioso.
El Enigma del Ganunmah
Otro edificio, el Ganunmah, se alzaba al sureste del patio oriental, de planta cuadrada y probablemente utilizado como un gran almacén. Aunque su función principal no está clara, su ubicación sugiere un propósito logístico o de almacenamiento para el complejo.
La Evidencia de una Reconstrucción Notable
Dentro de la zona sagrada, se descubrieron fragmentos de una estela tallada por ambas caras, conmemorando una reconstrucción del templo, probablemente durante el reinado de Ur-Namma. A pesar de las dudas sobre la identidad exacta del rey representado, la estela muestra al monarca realizando libaciones al dios y la diosa Ningal, participando en los trabajos de reconstrucción. El reverso ilustra un festival en honor a la inauguración del nuevo templo y las ofrendas realizadas a los dioses en esta ocasión.
Estos elementos revelan más capas de misterio y significado dentro del santuario de Nanna/Sîn en Ur, sugiriendo funciones variadas, desde el almacenamiento hasta lo ritual, y celebrando eventos significativos mediante estelas conmemorativas.
E-gipar y E-nun: Ecos de Devoción y Residencia Sagrada
Al sur del patio del zigurat, emergía majestuoso el E-gipar (é-gi-par/Giparu(m)), con una extensión de unos 79 x 76,5 metros. Su construcción probablemente se remonta a las primeras dinastías, siendo remodelado en la era de Ur III, especialmente durante el reinado de Amar-Sin. Sin embargo, sus niveles más conocidos datan de Isin-Larsa, cuando la gran sacerdotisa Enannatumma llevó a cabo su restauración, conservando en gran medida la estructura original de Ur III con modificaciones menores.
Estructura y Dualidad Funcional
El E-gipar estaba dividido en dos partes distintas por un pasillo. Al sureste, el E-nun, un templo dedicado a la diosa Ningal, resplandecía con una puerta monumental. Este espacio albergaba un gran patio con áreas de culto, incluyendo una cella con un nicho para la estatua de la diosa y cocinas destinadas a la preparación de ofrendas.
Residencia y Rituales Privados
El sector norte, el Giparu propiamente dicho, ocupaba la mayor parte del edificio y servía como residencia de la gran sacerdotisa de Nanna. Dividido en patios que separaban lo público de lo privado, este espacio reflejaba una disposición similar a las casas particulares. Además, se descubrieron tumbas abovedadas de antiguas sacerdotisas, acompañadas de objetos relacionados con el culto a Nanna.
Capillas y Vínculos Sagrados
Partes del edificio fueron identificadas como capillas, entre ellas, Ehursag y el «Mausoleo de Shulgi». Estos espacios veneraban aspectos específicos del culto y la devoción al dios Nanna, siendo testigos de ceremonias y rituales especiales.
El E-gipar se alzaba como un lugar sagrado y residencial, entrelazando la adoración divina con la vida cotidiana de la gran sacerdotisa, dejando entrever una vida marcada por la devoción y la privacidad en un entorno religioso.
La Casa de la Montaña y el Mausoleo: Estructuras del Poder Real
Al sureste del templo de Nanna se yerguen dos estructuras del periodo Ur III, vinculadas al poder real pero no directamente a la deidad principal de la ciudad, generando debates sobre sus funciones exactas.
La Casa de la Montaña: ¿Palacio o Templo?
El primero, la «Casa de la Montaña» (é-hur-sag), inicialmente interpretado como un templo por su semejanza con el Giparu, se considera comúnmente un palacio real. Sin embargo, su función precisa genera controversias. Partes destruidas dificultan la reconstrucción precisa. Se sugiere que las salas de audiencias podrían haber estado en la parte noroeste, mientras que las partes sur y este posiblemente fueran aposentos privados del rey y su harén.
El Mausoleo de Shulgi y Amar-Sin: Un Legado Funerario
Avanzando hacia el sureste, se encuentra un edificio identificado como un mausoleo por Woolley, atribuido a Shulgi y su hijo Amar-Sin. Compuesto por cámaras subterráneas abovedadas y dividido en tres unidades, se cree que la unidad más grande central fue construida por Shulgi para su tumba o la de su padre, mientras que Amar-Sin agregó dos unidades más pequeñas. Se utilizaba para el culto de los reyes y sus inscripciones datan de los reinados de Shulgi y Amar-Sin.
Tumbas Reales y Contexto Funerario
Aunque cercano a las tumbas reales del periodo Dinástico Arcaico y otras tumbas ricas anteriores a Ur III, el mausoleo no servía como lugar de enterramiento real. Las tumbas reales probablemente se encontraban en otros lugares, posiblemente en los alrededores de Uruk, la cuna de la dinastía.
Estos monumentos representan estructuras de poder y memoria, con la Casa de la Montaña sugiriendo un espacio de gobierno y el Mausoleo siendo un centro de culto y veneración real, aunque no necesariamente de enterramiento, dentro de un complejo contexto funerario y de poder en la antigua ciudad de Ur.
Referencias: Catalogue of the cuneiform tablets in the Kouyunjik collection of the British museum