Enlil

representacion de enlil

Dios de la tormenta Enlil

Religión:Mesopotámica
Dios importante:Dios del Firmamento
Tiempo:2400 aC
Consorte:Ninlil y Ki
Hijos:
Ninurta , 
Nanna , 
Nergal , 
Ninazu y 
Enbilulu

Enlil el señor de los cielos y de la tierra

Enlil, más tarde conocido como Elil, es un ancestral dios mesopotámico asociado al viento, el aire, la tierra y las tormentas. Se le conoce por primera vez como la deidad principal del panteón sumerio, pero posteriormente fue adorado por los acadios, babilonios, asirios y hurritas. El lugar principal del culto de Enlil era el templo de Ikur en Nippur, que se dice que fue construido por el mismo Enlil y considerado el «hilo de unión» del cielo y la tierra. En los textos sumerios también se le llama a veces Nunamnir. Según un himno sumerio, el propio Enlil era tan sagrado que ni siquiera los demás dioses podían mirarlo.

Enlil adquirió importancia durante el siglo XXIV a.C. con el auge de Nippur. Su culto entró en decadencia después de que Nippur fuera saqueada por los elamitas en el 1230 a.C. y finalmente fue reemplazado como la deidad principal de la gente de Mesopotamia por la deidad nacional babilónica Marduk. El dios babilónico Bel era una deidad sincrética del hermano de Enlil, Enki, el hijo de Enki, Marduk, y la deidad pastora Dumuzid.

Enlil desempeña un papel fundamental en el mito sumerio de la creación; separa An (el cielo) de Ki (la tierra), haciendo así el mundo habitable para los humanos. En el mito sumerio del diluvio, Enlil recompensa a Ziusudra con la inmortalidad por haber sobrevivido al diluvio y, en el mito babilónico del diluvio, Enlil es el causante del mismo, al haber enviado el diluvio para exterminar a la raza humana, que hacía demasiado ruido y le impedía dormir.

El mito de Enlil y Ninlil trata de la seducción en serie de Enlil a la diosa Ninlil en varias formas, lo que resulta en la concepción del dios-luna Nanna y los dioses del inframundo Nergal, Ninazu y Enbilulu. Enlil era considerado el inventor de la azada y el patrón de la agricultura. Enlil también ocupa un lugar destacado en varios mitos relacionados con su hijo Ninurta, como Anzû y la Tabla de los Destinos y Lugale.

Etimología de Enlil

El nombre de Enlil procede del sumerio antiguo EN (𒂗), que significa «señor», y LÍL (𒆤), cuyo significado es controvertido, ya que a veces se ha interpretado como un fenómeno meteorológico (lo que convierte a Enlil en un dios del tiempo y del cielo, «Señor del Viento» o «Señor de la Tormenta»), o como un espíritu o fantasma cuya presencia puede sentirse como una agitación del aire, posiblemente como un préstamo semítico parcial en lugar de una palabra sumeria. El nombre de Enlil no es una construcción genitiva, lo que sugiere que Enlil era visto como la personificación de LÍL en lugar de simplemente la causa de LÍL.

Piotr Steinkeller dedujo que el significado de LÍL en realidad puede no ser una pista de un dominio divino de Enlil, como tormentas, espíritus u otros, ya que Enlil pudiera ser «un típico dios universal […] sin ningún dominio específico».

Culto y Adoracion de Enlil

Enlil era el dios patrón de la ciudad sumeria de Nippur y su principal centro de culto era el templo de Ekur, situado allí. El nombre del templo significa literalmente «casa de montaña» en el antiguo idioma sumerio. Se cree que el Ekur fue construido y establecido por el propio Enlil. Se creía que era la cuerda que unía el cielo y la tierra, lo que para ellos se veía como «la forma de comunicarse entre la tierra y el cielo». Una canción escrita durante el reinado de Ur-Nammu, fundador de la Tercera Dinastía de Ur, describe el E-kur con mucho detalle, afirmando que sus puertas estaban esculpidas con escenas de Imdugud, una deidad menor que a veces se mostraba como un pájaro gigante, matando a un león y un águila arrebatando a un pecador.

Para los sumerios servir a los dioses era el único propósito de la existencia humana. Pensaban que la estatua de un dios era una encarnación física del propio dios. Por ello, las estatuas de culto recibían un cuidado y una atención constantes y se les asignaba a un conjunto de sacerdotes para que las atendieran. En Mesopotamia se le adorabal ofreciéndole comida y otras necesidades humanas. Se creía que los alimentos, que se depositaban ritualmente ante la estatua de culto del dios en forma de banquete, eran la comida diaria de Enlil, pero, tras el ritual, se distribuían entre sus sacerdotes. Estos sacerdotes también se encargaban de cambiar la ropa de la estatua.

Los sumerios concebían a Enlil como una deidad benévola y paternal, que velaba por la humanidad y se preocupaba por su bienestar. Una cancion sumeria describe a Enlil tan glorioso que ni siquiera los demás dioses podían mirarlo. En esa misma cancion también se afirma que, sin Enlil, la civilización no podría existir. Los calificativos de Enlil incluyen títulos como «la Gran Montaña» y «Rey de las Tierras Extranjeras». A veces también se describe a Enlil como una «tormenta furiosa», un «toro salvaje» y un «mercader». Las gentes de mesopotamia lo imaginaban como un creador, un padre, un rey y el señor supremo del universo. También se le conocía como «Nunamnir» y, al menos en un texto, se le denomina «Viento del Este y del Norte».

Los reyes consideraban a Enlil como un gobernante modelo y trataban de emular su ejemplo. Se contaba que Enlil era sumamente justo e intransigente con el mal. Los gobernantes de toda Sumeria viajaban al templo de Enlil en Nippur para ser legitimados y estos le devolvían el favor dedicando tierras y objetos preciosos al templo. Nippur fue la única ciudad-estado sumeria que nunca construyó un palacio; con ello se pretendía simbolizar la importancia de la ciudad como centro del culto a Enlil, mostrando que el propio Enlil era el rey de la ciudad. Incluso durante el periodo babilónico, cuando Marduk había sustituido a Enlil como dios supremo, los reyes babilónicos seguían viajando a la ciudad sagrada de Nippur para buscar el reconocimiento a su derecho para gobernar.

Enlil adquirió importancia por primera vez durante el siglo XXIV a.C., cuando la importancia del dios An empezó a decaer. Durante este periodo, Enlil y An son frecuentemente invocados juntos en las inscripciones. Enlil siguió siendo el dios supremo en Mesopotamia durante todo el periodo amorreo, y los monarcas amorreos proclamaban a Enlil como la fuente de su legitimidad. El culto a Enlil empezó a decaer después de que el rey babilónico Hammurabi conquistara Sumeria. Los babilonios adoraban a Enlil bajo el nombre de «Elil» y los hurritas lo asociaron con su propio dios Kumarbi. Enlil y Apantu son invocados como «el padre y la madre de Išḫara» en un ritual hurrita, Enlil también es invocado junto a Ninlil como miembro de «los dioses poderosos y firmemente establecidos».

Durante el periodo casita (c. 1592 a.C. – 1155 a.C.), Nippur logró recuperar brevemente su influencia en la región y Enlil volvió a cobrar protagonismo. A partir del 1300 a.C., Enlil se sincretizó con el dios nacional asirio Aššur, que era la deidad más importante del panteón asirio. Luego, en el 1230 a.C., los elamitas atacaron Nippur y la ciudad cayó en decadencia, llevándose consigo el culto a Enlil. Aproximadamente cien años después, el papel de Enlil como cabeza del panteón fue cedido a Marduk, el dios nacional de los babilonios.

La importancia de Enlil en el panteón disminuyó significativamente y a veces fue asimilado como un mero aspecto de Marduk. No obstante, sus templos siguieron funcionando durante todo el periodo neoasirio (911 a.C. – 609 a.C.) e incluso los babilonios consideraban que Anu y Enlil eran los que otorgaban a Marduk sus poderes. En el primer milenio a.C., los babilonios rendían culto a una deidad con el nombre de «Bel», cuyo significado es «señor», que era una sincretización de Enlil, Marduk y el moribundo dios Dumuzid. Bel tenía todos los títulos de culto de Enlil y su estatus en la religión babilónica era en gran medida el mismo. Con el tiempo, Bel pasó a ser considerado el dios del orden y del destino.

Entre tanto, Aššur siguia siendo conocido como «el Enlil asirio» o «el Enlil de los dioses». Tras el colapso del Imperio neoasirio, las estatuas de Enlil fueron destrozadas y sus templos destruidos, ya que se le había asociado indisolublemente con los asirios, a los que muchos pueblos conquistados odiaban. Enlil continuó siendo venerado bajo el nombre de Marduk hasta el año 141 a.C., cuando el culto a Marduk entró en una fase de decadencia y fue olvidado.

Representación de Enlil (Iconografía)

Enlil no era representado antropomórficamente en la iconografía mesopotámica. En su lugar, se le representaba con un gorro con cuernos, que consistía en hasta siete pares de cuernos de buey superpuestos. Estas coronas eran un importante símbolo de divinidad; los dioses se mostraban con ellas desde el tercer milenio antes de Cristo. El gorro con cuernos se mantuvo constante en forma y significado desde los primeros días de la prehistoria sumeria hasta la época de la conquista persa y más allá.

Los sumerios tenían un complejo sistema numerológico, en el que se creía que ciertos números tenían un significado ritual especial. Dentro de este sistema, Enlil estaba asociado al número cincuenta, que se consideraba sagrado. Enlil formaba parte de una tríada de deidades, que también incluía a An y Enki. Estas tres deidades juntas eran la encarnación de todas las estrellas firmamento. An se identificaba con todas las estrellas del cielo ecuatorial, Enlil con las del cielo septentrional y Enki con las del cielo meridional. La trayectoria de la órbita celeste de Enlil era un círculo continuo y simétrico alrededor del polo celeste norte, pero se creía que las de An y Enki se cruzaban en varios puntos. Enlil estaba asociado a la constelación de Bootes (El Boyero).

Mitología

Origen del mito

La principal fuente de información sobre el mito sumerio de la creación es el prólogo del poema épico Gilgamesh, Enkidu y el mundo de las tinieblas, en el que se describe brevemente el proceso de creación: al principio, sólo existía Nammu, el mar primitivo. Luego, Nammu dio a luz a An, el cielo, y a Ki, la tierra. An y Ki se aparearon entre sí, haciendo que Ki diera a luz a Enlil. Enlil separó a An de Ki y he hizo de la tierra su dominio, mientras que An se hizo con el cielo. El se esposa con su madre, Ki, y de esta unión nace toda la vida vegetal y animal de la tierra.

Enlil y Ninlil es un poema sumerio casi completo de 152 líneas que describe el romance entre Enlil y la diosa Ninlil. En primer lugar, la madre de Ninlil, Nunbarsegunu, le indica a Ninlil que vaya a bañarse al río. Ninlil va al río, donde Enlil la seduce y la embaraza con su hijo, el dios-luna Nanna. Por ello, Enlil es desterrado a Kur, el inframundo sumerio. Ninlil persigue a Enlil al inframundo, y este se hace pasar por el «hombre de la puerta».

Ninlil exige saber a dónde ha ido Enlil, pero éste, aún haciéndose pasar por el hombre de la puerta, se niega a responder. Entonces seduce a Ninlil y la embaraza con Nergal, el dios de la muerte. El mismo escenario se repite, sólo que esta vez Enlil se hace pasar por el «hombre del río del mundo inferior, el río devorador de hombres»; una vez más, seduce a Ninlil y la embaraza con el dios Ninazu. Por último, Enlil se hace pasar por el «hombre del barco»; una vez más, seduce a Ninlil y la embaraza con Enbilulu, el «inspector de los canales».

La historia del cortejo de Enlil con Ninlil es principalmente un mito genealógico inventado para explicar los orígenes del dios-luna Nanna, así como de los diversos dioses del Inframundo, pero también es, hasta cierto punto, una historia de madurez que describe la salida de Enlil y Ninlil de la adolescencia a la edad adulta. La historia también explica el papel de Ninlil como consorte de Enlil; en el poema, Ninlil declara: «¡Como Enlil es tu amo, yo también soy tu ama!». La leyenda también tiene importancia histórica porque, si la interpretación actual es cierta, es el mito más antiguo conocido en el que un dios cambia de forma.

Mito del Diluvio

En la versión sumeria de la historia del diluvio, las causas de la inundación no están claras ya que parte de la tablilla que registra el comienzo de la historia ha sido destruida. De alguna manera, un mortal conocido como Ziusudra consigue sobrevivir al diluvio, probablemente con la ayuda del dios Enki. Lo que se conserva, comienza en medio de la historia del diluvio. El diluvio dura siete días y siete noches antes de calmarse. Entonces, Utu, el dios del Sol, emerge. Ziusudra abre una ventana en el costado de la barca y se postra ante el. y ofrece un buey y una oveja en honor a Utu. Aqui, el escrito se interrumpe de nuevo. Cuando se retoma, Enlil y An están declarando inmortal a Ziusudra como un honor por haber logrado sobrevivir al diluvio. La parte restante de la tablilla después de este punto está destruida.

En la versión posterior acadia de la historia del diluvio, recogida en la Epopeya de Gilgamesh, Enlil provoca realmente el diluvio, tratando de aniquilar a todo ser viviente de la tierra porque los humanos, enormemente superpoblados, hacen demasiado ruido y le impiden dormir. En esta versión de la historia, el héroe es Utnapishtim, a quien Ea, el equivalente babilónico de Enki, avisa con antelación de que el diluvio está a punto de producirse.

El diluvio dura siete días; cuando termina, Ishtar, que había llorado la destrucción de la humanidad, promete a Utnapishtim que Enlil no volverá a provocar un diluvio. Cuando Enlil ve que Utnapishtim y su familia han sobrevivido, se indigna, pero su hijo Ninurta habla en favor de la humanidad, argumentando que, en lugar de causar inundaciones, Enlil debería simplemente asegurarse de que los humanos nunca se sobrepoblaran, reduciendo su número mediante animales salvajes y hambrunas. Enlil sube a la barca; Utnapishtim y su esposa se inclinan ante él. Enlil, ahora apaciguado, concede a Utnapishtim la inmortalidad como recompensa por su lealtad a los dioses.

El principal dios y el arbitro

Arranca las raíces, desgarra la corona, la piqueta perdona las… plantas; la piqueta, su destino es decretado por el padre Enlil, la piqueta es exaltada.

– La invención de la piqueta de Enlil, traducido por Samuel Noah Kramer

Un poema practicamente completo de 108 líneas del Período Dinástico Temprano (c. 2900 – 2350 a.C.) describe la invención por parte de Enlil de la piqueta, un pico agrícola clave, azada, hacha o herramienta de excavación de los sumerios. En el poema, Enlil evoca la existencia de la azada y decreta su destino. El azadón se describe como gloriosamente bello; está hecho de oro puro y su cabeza está tallada en lapislázuli. Enlil entrega la herramienta a los humanos, que la utilizan para construir ciudades, someter a su pueblo y arrancar hierbas. Se pensaba que Enlil ayudaba al crecimiento de las plantas.

En el poema sumerio “Enlil elige al dios agricultor”, se narra cómo Enlil, con la esperanza de «establecer la abundancia y bonanza», crea a los dos dioses Emesh y Enten, un pastor y un granjero, respectivamente. Los dos dioses discuten y Emesh reclama el puesto de Enten. Llevan la disputa ante Enlil, que falla a favor de Enten; después los dos dioses se alegran y se reconcilian.

Mito de Ninurta

En el poema sumerio Lugale, Enlil aconseja a su hijo, el dios Ninurta, sobre una estrategia para matar al demonio Asag. Este consejo es transmitido a Ninurta por medio de Sharur, su maza parlante encantada, que había sido enviada por Ninurta al reino de los dioses para buscar el consejo de Enlil directamente.

En el antiguo mito babilónico, medio y tardío de Anzû y la Tabla de los Destinos, el Anzû, un pájaro gigante y monstruoso, traiciona a Enlil y roba la Tabla de los Destinos, una tablilla de arcilla sagrada perteneciente a Enlil que le otorga su autoridad, mientras éste se prepara para tomar un baño. En consecuencia los ríos se secan y los dioses son pierden sus poderes. Entonces envían a Adad, Gerra y Shara para derrotar a Anzû, pero todos fracasan. Al final, Ea propone que envíen a Ninurta, el hijo de Enlil. Ninurta derrota con éxito a Anzû y devuelve la Tabla de los Destinos a su padre. Como recompensa, Ninurta obtiene un puesto destacado en el consejo de los dioses.

Guerra de los dioses

Un texto muy dañado del período neoasirio (911 – 612 a.C.) describe a Marduk conduciendo su ejército de Anunnaki a la ciudad sagrada de Nippur y causando un disturbio. La perturbación provoca una inundación, que obliga a los dioses residentes de Nippur bajo el liderazgo de Enlil a refugiarse en el templo de Eshumesha dedicado a Ninurta.

Enlil se enfurece ante la transgresión de Marduk y ordena a los dioses de Eshumesha que tomen a Marduk y a los demás Anunnaki como prisioneros. Los Anunnaki son capturados, pero Marduk nombra a su líder Mushteshirhablim para liderar una revuelta contra los dioses de Eshumesha y envía a su mensajero Neretagmil para alertar a Nabu, el dios de la alfabetización.

Cuando los dioses de Eshumesha escuchan hablar a Nabu, salen de su templo para buscarlo. Marduk derrota a los dioses de Eshumesha y toma a 360 de ellos como prisioneros de guerra, incluido el propio Enlil. Enlil protesta que los dioses son inocentes, por lo que Marduk los juzga ante los Anunnaki. El texto termina con una advertencia de Damkianna (otro nombre de Ninhursag) a los dioses y a la humanidad, rogándoles que no repitan la guerra entre los Anunnaki y los dioses de Eshumesha.

Referencias:

Enuma Elish

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